LAS COPAS.-
La moda con arreglo a la cual se disponen en la mesa la vajilla, cubertería, cristalería, etc, no es permanente, suele cambiar, según lo dicte el capricho humano.
Desde antiguo, se ha utilizado recipientes para beber, desde los toscos recipientes de barro encontrados en excavaciones arqueológicas, pasando por las copas y cálices metálicos de la Edad Media, hasta llegar a las actuales copas de cristal, para los diferentes tipos de vinos. La cristalería en la mesa ha experimentado grades cambios y modas.
En cuanto al color de las copas, estas deben ser transparentes y sin tallas ni dibujos que impriman al vino colores irisados, que permitan apreciar con claridad la limpidez y el color del vino.
El empleo de copas coloreadas no tiene justificación práctica ni teórica, y, en cualquier caso nos priva del placer de contemplar el color del vino.
Para el servicio se debe escoger las copas tipo balón o tulipa, puesto que recogen bien los aromas del vino, permitiendo apreciarlo mejor. Se debe comprobar que las copas no tienen ningún olor del lavado, para ello deben ser repasadas con vapor de agua y con un paño de hilo que no deje pelusa.
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